Razas autóctonas bovinas del País Vasco
En Carnes Okelan creemos que conocer de dónde viene nuestra carne es tan importante como disfrutarla. Las razas autóctonas son un tesoro genético, cultural y gastronómico que forma parte de nuestra identidad. Hoy queremos acercarte a las cuatro joyas bovinas del País Vasco: Betizu, Monchina, Pirenaica y Terreña. Razas que han resistido el paso del tiempo y que siguen aportando calidad, sostenibilidad y tradición a nuestra mesa.
BETIZU
La vaca huidiza de los bosques vascos
La palabra Betizu proviene del euskara: behi (vaca) + izua (huidiza), reflejando su carácter semisalvaje. Vive en zonas boscosas y montañosas, manteniendo un comportamiento esquivo y libre.
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Morfología: Bovinos rústicos, de pequeño tamaño (machos hasta 130 cm, hembras hasta 120 cm) y peso medio de 400-500 kg en machos y 350 kg en hembras.
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Capa: Color uniforme trigueño o rojizo, desde tonos claros hasta encendidos.
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Cuernos: En media luna, evolucionando a formas de lira en animales adultos, de color blanco nacarado con puntas amarillas o rojizas.
Su rusticidad y adaptabilidad a entornos difíciles hacen de la Betizu una raza clave en la biodiversidad vasca, aunque su carne es menos común en el mercado debido a su modo de vida semisalvaje.


TERREÑA
El orgullo de la tierra
Su nombre ya lo dice todo: raza “de la tierra”. Es autóctona y actualmente está catalogada en peligro de extinción.
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Morfología: Mediano tamaño, gran rusticidad y disposición para el trabajo de tiro.
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Capa: Castaña, desde tonos oscuros “lombardos” hasta claros “avellana”, con mucosas negras y orla plateada alrededor del hocico.
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Cuernos: Finos, blancos en la base y negros en la punta, en forma de lira en hembras y media luna en machos.
Además de su valor histórico y cultural, la carne de la Terreña es apreciada por su sabor intenso y su textura firme, reflejo de su vida activa en entornos naturales.
MONCHINA
Fuerza y carácter entre montes abruptos
Originaria de la zona limítrofe entre Bizkaia y Cantabria, también se encuentra en el noroeste de Álava y el norte de Burgos. Se adapta a terrenos abruptos y boscosos, viviendo en régimen salvaje o semisalvaje.
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Morfología: Pequeña (hembras ~120 cm, machos ~130 cm) y muy rústica.
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Capa: Castaña con borlón negro en la cola, ojos negros y boca blanca, con aclaraciones en distintas zonas.
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Cuernos: Cortos, en forma de paréntesis, blancos en la base y negros en la punta.
Históricamente, la Monchina también ha sido utilizada para la lidia en fiestas locales. Su carne es escasa y muy valorada, aunque su cría es más compleja por su naturaleza libre.


PIRENAICA
La reina de la carne en Euskadi
Es la raza de carne más extendida en la Comunidad Autónoma del País Vasco. Se cría principalmente en explotaciones mixtas, aprovechando pastos de montaña durante gran parte del año.
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Morfología: Tamaño medio, proporciones longilíneas, capa trigueña con degradaciones en ojos, hocico, axilas y miembros.
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Cuernos: Fuertes en la base, de color blanco nacarado con puntas amarillentas, en lira abierta o espiralada.
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Carne: Excelente rendimiento cárnico, con piezas jugosas y de sabor equilibrado.
Su buena adaptación al medio y sus cualidades productivas la convierten en la principal raza para abastecer de carne de calidad a nuestro territorio.