Hamburguesa de Buey a la brasa con Cecina Okelan
Las hamburguesas a la brasa tienen algo especial: ese aroma inconfundible, la jugosidad que solo da el fuego y el sabor auténtico de la buena carne. Pero cuando las elaboramos con la Burger Meat de Buey y la coronamos con la Cecina Suprema, el resultado se convierte en un bocado gourmet que mezcla intensidad, ahumado y textura.
Una receta rápida, lista en apenas 20 minutos, pensada para disfrutar sin complicaciones y elevar una hamburguesa clásica a una experiencia con carácter propio.
Preparar la mayonesa de mostaza
Comenzamos con la base que le dará cremosidad a la receta: una mayonesa casera con un toque de mostaza.
En un vaso batidor añade 200 ml de aceite de oliva virgen extra, un huevo, una pizca de sal y una cucharada generosa de mostaza. Sitúa la batidora al fondo y emulsiona sin mover hasta que la mezcla comience a espesar. Entonces sube y baja suavemente para obtener una textura lisa, brillante y perfectamente integrada. Esta salsa será clave para equilibrar el ahumado de la carne y la potencia de la cecina.
Cocinar la carne a la brasa
Mientras las brasas alcanzan su punto, atempera la Burger Meat de Buey Okelan para que conserve toda su jugosidad.
Cuando la parrilla esté bien caliente, coloca las hamburguesas y añade una pizca de sal fina. Cocina 4 o 5 minutos por un lado, dejando que se forme un sellado dorado. Aprovecha también para tostar ligeramente los panes brioche en el borde de la parrilla.
Dales la vuelta y coloca dos lonchas de queso cheddar sobre cada hamburguesa. Cuando el queso empiece a fundirse, añade dos lonchas de cecina Okelan encima. Tras otros 4 o 5 minutos, la carne estará lista: jugosa por dentro, ahumada por fuera y cubierta por una capa irresistible de queso y cecina.
Montar la hamburguesa
Sobre la base del pan brioche extiende una buena cucharada de la mayonesa de mostaza casera. Coloca la hamburguesa con el queso fundido y la cecina, cuidando que no se deshaga.
Añade una cucharada de salsa barbacoa sobre la cecina para potenciar el matiz ahumado y remata con un puñado de cebolla crujiente, que aportará textura y contraste.
Cierra con la tapa del pan y sirve inmediatamente para disfrutar del pan tostado, la carne jugosa y el equilibrio perfecto entre dulce, salado y ahumado.

